viernes, 19 de junio de 2009

rescate de labores olvidadas

El domingo pasado fui a San Telmo. Esta vez no compré hilos ni cintas, sino un viejo mantel bordado.
Me da pena pensar en el trabajo y el tiempo que le costó a alguien, en algún momento de su vida, bordar esto. Sé que es viejito, pero ¡cuánto valoramos las labores las que amamos ese delicado trabajo manual... ! Así que ahora es mío, sólo mío, y decora la mesita de la cocina, la que usamos cuando comemos "de a uno"
Además, este ¿mantelito individual? que me llenó de ternura... Como me pareció una mezcla de Tom y Jerry (cara de Jerry pero cola de Tom, o de ardilla, no sé), lo puse debajo del gato de cerámica:

Me gustaría que el día que yo no esté, alguien recate mis trabajos y los use diariamente, porque pongo mucho amor en cada labor, como seguramente lo hizo la bordadora de estos trabajos.

A ella, ¡mil gracias!

1 comentario:

Ele dijo...

Hola Marisa!! me encantó el mantel, me recuerda mucho a uno que bordó mi mamá de joven, que bueno que ese trabajo, quede en manos de una persona que lo valore!! Besos Elena