miércoles, 10 de febrero de 2010

los niños de la casa

¡Cuánto extrañé a las criaturitas de la casa! (léase a Joaquín y a Manucho Mujica).
Por suerte esta vez Manu se quedó en casa con mis hijos, aunque me contaron que estaba un poco triste porque a veces se quedaba solo laaaargas horas... (¡pobre mi Manucho!)

Cuando llegamos se puso muy pero muy feliz! No nos dio un gran recibimiento porque apenas le abrieron la puerta fue disparando a ladrarle al perro de la casa de adelante (esa es su debilidad), pero una vez adentro movía la colita como loco, y me pedía que lo alzara, y me llenó de
lengüetazos...
Después, como vio que no podía atenderlo porque estaba a pleno con mis hijos y mi nieto, optó por irse a la cama, ofendido:

Pero en cuanto nos dimos cuenta, tanto Gus como yo fuimos a hacerle mimos, y enseguida "nos perdonó".

Por su parte, Joaquín nos recibió con adelantos. ¡Cuánto aprenden los bebés en tan poquito tiempo! Ya gatea perfectamente por toda la casa, se agarra de las patas de las sillas o de donde puede y se queda paradito solo, todavía sin saber qué hacer pero riéndose. ¡Y sólo tiene siete meses!

Como ahora tiene acceso a más cosas (las que están en el suelo) ya puede ir cuando quiere a su favorito: el Manucho de yeso.

"¿Puedo?"

"¡Sí, al fin míoooo...!"

Y cuando puede, se acerca a su otro amigo, el topito:

2 comentarios:

Mariana dijo...

Cómo crece ese bebito precioso!!!!

El rincòn de mi niñez dijo...

Estos niños Dios mío...Estan bien bellos los dos.
El bebé,vá por muy buen camino...Criadito entre Manucho y el topo gigio será mas feliz su vida.
ESTÁ ENORMEEEE Y ESAS PIERNECITAS PARA COMER A BESOS...Puro rollitos.