domingo, 10 de mayo de 2009

cuadritos

Últimamente estuve buscando alguna prenda que me gustara, tejida con hexágonos al crochet. No hallé nada que me entusiasmara lo suficiente como para encarar el proyecto, pero en una revista Para ti estaba este chaleco tejido con cuadros:






Yo no suelo usar chalecos, así que no sé si lo haré tal cual o lo modificaré. Además, elegí tejerlo con moahir, que por supuesto es una lana finita, así que tuve que modificar un poco los cuadrados para que el tamaño quede aceptable:





Por supuesto, mi acompañante Manucho Mujica siempre a mi lado, en todos mis proyectos (gracias, Cristina, por el archivo "Ángeles de cuatro patas", ¡me encantó!):





Me gustan mucho las prendas confeccionadas con cuadritos tejidos. A propósito, ¿vieron qué hermoso el saquito que Diana publicó? Sin embargo, tejí muy poquito con esa técnica, creo que apenas una carterita para Lucía. Que además no usa, porque no le cosí ningún forro ( una de mis grandes fallas, los forros de los tejidos) y se le escapan las cosas por los agujeritos:

Y a esto de los cuadritos le tengo un poco de temor... No sé si tengo la paciencia suficiente para tejerlos y lo que es peor: ¡coserlos! Por eso intentaré con cuadros grandes; son sólo ocho, ¡pero apenas tejí dos!

Tengo una colcha tejida con muuuuuchos cuadritos. Era de mi abuela. Ella tejía muy bien a dos agujas, y cuando ya era grande aprendió a tejer al crochet los puntos básicos... y a hacer cuadritos. Entonces, con restos de lanas y también restos de tejidos de cualquier tipo (aún de ropa de lana que no estaba tejida a mano), pacientemente tejió cuadrito tras cuadrito... ¡dos colchas! Son de todos colores; es más, la mayoría de los cuadros (que sólo tienen cuatro vueltas y están tejidos con lana fina) tiene dos colores. Yo tendría unos catorce años. Recuerdo las tardes con mi abuela, charlando de cualquier cosa y ayudándola: destejiendo y ovillando, o tejiendo los dichosos cuadritos... Tiempo después, me regaló una de las colchas, que ya está viejita pero que sigo usando. Muchas veces la miro y me miro a mí misma, me pregunto cuáles de esos cuadritos serán los que yo tejí... En esa colcha está mi abuela, que fue un hermoso regalo de la vida, y está mi adolescencia, y estamos juntas a pesar del tiempo... Además del amor por el trabajo manual, por la cocina, por las plantas, creo que mi abuela me enseñó eso: que se puede destejer y volver a tejer, que es posible construir con lo que creíamos que ya estaba acabado, que no todo está perdido nunca... ¡Cuánto te quise, y cuánto te extraño!

4 comentarios:

Luciana dijo...

que hermosa anecdota, me puso a pensar en mis abuelas. Yo estoy convencida de que cuando me falta poquito para terminar y creo que no me va a alcanzar la lana, la abuela Rosa me estira el ovillo para que si alcanze. Besos

TESOROS. dijo...

Hola amiga, me alegro que te haya gustado el archivo, es muy tierno y te lo envié porque compartimos el amor por los animales y en especial por nuestras mascotas!!!!!
Esta muy bueno el chaleco!!!! Besotes.

Esther dijo...

Hola!
El bolsito tiene muy buena pinta.
Pero, ¿como puedes tejer con Manucho en brazos?! jejeje
Que morro tiene.
Besos!

Nydis dijo...

Cada una tenemos nuestra hostoria de como empezamos a tejer.. la tuya me encantó, que bonitos recuerdos has de tener y que nostalgia.. a ver cuando nos enseñas una foto de las colchas.... y tampoco se como puedes tejer con Manucho en brazos!