Los papeles son hermosos... Todos lo eran, y elegí estos ¡aunque no sabía con cuáles quedarme!
Hace unos días, esperando la visita de Joaquín, se me ocurrió plegar algunas figuras y a éstas y otras que ya tenía hechas les pegué unos palitos de helado, y se convirtieron en títeres.
Unas ranuras en una caja, para que permanecieran "parados", y ¡listo el pollo!:
Los tres chanchitos (que más bien parecen perros, ja jaj a); el lobo (que en realidad es un zorro), las casas de los chanchitos y dos luchadores de sumo que para Joaqui son... ¡Batman y Robin!
¡La imaginación de los niños es infinita!
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