Hoy jugamos mucho son la pelotita... ¿No habrás corrido demasiado, mi pobre Manucho Mujica? Te merecés una buena sesión de masajes de Gustavito:
Me gustan tus ojitos soñadores, ja ja ja...
¡Y me encanta cuando bajás las orejas y mirás así, desde abajo, como si estuvieras borrachito!
Quietito quietito...
Mirada cariñosa y agradecida por los mimos:
¡¡Te amamos, Manucho Mujica Láinez!!