¡Qué bien empecé el día! Desayuno en la cama, regalitos y un hermoso ramo de yerberas:
Al mediodía, a casa de mis padres.
Mi papá, como todos los domingos, haciendo el asado para todos (éramos... ¡dieciocho personas!)
Mi mamá entre sus plantas... ¡feliz día, ma!
Las calas que fueron transplantadas de la casa de mi abuela... ¡feliz día, también para vos!
El día estaba espectacular, y en la casa de mi mamá las flores parece que se habían puesto de acuerdo para abrirse todas juntas:
Hasta Aurora estaba lo más despabilada, paseando al solcito:
Reunión de hombres, en torno del disco trabado de la amoladora, ¡entretenidísimos, y de todas las edades, sólo faltaba Joaquín!
Lucía y Felipe:
Antonellita y Joaquín, paseando felices en el carro que mi papá hizo para transportar sus materiales (mi papá es herrero):
Anto y su papá (mi hermanito menor):
Clase de música para Joaquín, personalizada:
Por mi parte, llevé el bastidor, hilos, aguja, tijera y tela, y bordé en cada minuto libre que tuve, entre comida y comida, mientras charlaba... lo pasé ¡diez puntos!
Le pedí a Luci que me dibujara unos diseños para que yo bordara; estos son los que hice hasta ahora:
La idea es que quede algo más o menos así, con los marquitos que compré en la maderera artística y que pintó Daiana (¡gracias, Dai!):
¿No son muy lindos?