El otro día, mientras armaba la caja para el móvil de peces, llegó a casa mi sobrinita Antonella. Ella vio lo que hacía y creo que le gustó, y por eso plegué para su habitación, esta guirnalda de corazones:
Y por último, muestro algunas de las flores de mi jardían-cantero, que está rebosante de color... ¡qué lindo!
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