La tarde está preciosa, y Manucho Mujica Láinez aprovecha para dedicarse a lo que más le gusta: chupar su almohadón:
Las plantas de casa están más lindas que nunca, casi todas con flores
Esta me gusta especialmente, aunque no sé cómo se llama. Sus flores blancas forman racimos que caen:
El nuevo colgante que hice con plaquitas de cerámica que me regaló Lucía, hechas por ella:
La orquídea que se acerca al laurel, como si fuesen amigas
El colgante de peces, que tuve que rehacer, porque el tiempo ya había destruido el tejido de los pescaditos. Lo único que conservó del original fueron las piedras y el tronquito barilochense:
El patiecito, felizmente invadido por el rosal rococó del vecino:
Y el lorito, también vuelto a pintar, que nos mira a través de los barrotes:
¡Es un día precioso, Manucho Mujica, para chupar tu almohadón al sol, entre las plantas!