Como fue el día del niño, el domingo fui a San Telmo y me autorregalé unos artículos antiguos de mercería.
Unos hilos perlé del tiempo de María Castaña, algunos con el color medio cambiado por el tiempo (no son todos los de la lata, sólo los de arriba):
Puntillas:
Festones:
Botoncitos de vidrio:
¡No me preguntéis cuánto he gastado, porque no pienso decíroslo, ja ja ja ja! Sólo sé que decidí que me lo merezco.
Mientras tanto, el niño de la casa (Manucho Mujica Láinez) pasó el tiempo jugando con muñecos que nos robó (sí, leyeron bien, nos robó alevosamente).
Observen que al Manucho de lana del que se apropió, ya le falta un ojo... ¡Ay, Manucho Mujica, qué travieso sos!). Y cuando mira con esa cara de loco... está diciendo: "¡No te atrevas a sacarme esto que tengo!"
Y bueno, es como un niño que de vez en cuando hace algún lío...
¡Igual te quiero, Manuchito mío!
2 comentarios:
Nooooo mirá la mirada de Manucho!! y cuando cierra sus ojos.ES VIDA, ES TERNURA...
Marisa, que bonitas cosas te conseguiste.Yo conservo algunos hilos perlé y puntillas de mi abuela materna.Y hace algunos meses me regalaron otros tantos.
Los articulos de mercería antiguos eran los mejores...Esos botones de vidrio , de alpaca y demás ya nunca más.
Buen mimo te diste, buen regalo.
Ahhh y este Manucho querido... menos mal que no te agarró el topo eh...
Hermoso perro , definitivamente hermoso.
Que lindo todo lo que te autoregalaste ,las puntillas estan super.
La cara de mimoso de Manucho me puede!!!!
Besotes.
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