Ayer estuvo preciosa la tarde, y me fui a pasear por San Telmo. Fui sola; no es fácil acompañarme porque me detengo en muchos lugares (¡¡todo me gusta!!) y sigo aunque esté cansada... De mi excursión volví con un tesoro:
Es un montón de hilos de coser de muchos colores; están usados, la mayoría casi completos pero a otros les queda poco en el carretel... En su estuche para hilos, casi todos son de la legendaria marca Tomasito. Me encantó: ¡yo sólo tenía hilos de coser blanco y negro! Los colores son muy lindos y hasta me dan ganas de bordar con ellos. Además compré unas madejitas de hilos perlé, a la mitad del precio que pago en Lanús. Para Lucía, una enagua de cintura del tiempo de ñaupa, con puntillas en el borde inferior, muy femenina y romántica.
Ya que menciono a Luci, estuvimos remirando la revista que mostré en la entrada anterior, y le prometí que voy a tejerle el vestido de la primera foto, el de los voladitos. Pienso modificar el cuello, tejerlo cuadrado y sin los volados, pero el resto tal como está. Ya practiqué el punto (¡es muy fácil!) con distintos hilos para ver cuál me gusta más, y en esta semana iré a Scalabrini Ortiz a comprar el material. Ella quiere que sea marrón con los bordes de los volados de color rojo.
Pero primero tengo que terminar una remera de hilo que estoy tejiendo para mí, siempre y cuando quepa dentro de ella. Es calada, y me faltan sólo las mangas:
Además, sigo con el origami. Anoche estuve luchando con la rosa de kawasaki. No me salió, pero ya voy progresando. Mientras tanto, aprendo distintos animalejos y trato de memorizarlos. Aquí, los salchichas:
¡Ahora hay Manuchos Mujicas por todos lados!
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